Luces y claros saludan al otoño.
Noche de brujas y encantos.
Sapos, culebras y ratones salen al encuentro de la luna,
que con su manto tiñe de luz los charcos,
barrizales y mierdas del camino;
Pisadas veloces entumecen la hierba.
Fuegos y hogueras crecen desbordando miedos, culpas...
temerosas miradas frías cargadas de reproches, mezcladas de ignorancia.
Tornándose en ira, a medida que desde el púlpito se arenga a la violencia en nombre del todopoderoso.
Fuego en el alma, muertas pasiones que a ceniza y carne quemada huelen en una triste noche de otoño.
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