Me debo de haber vuelto loco o me dejo llevar por los colores cuando valoro mucho mas a un profesional del deporte que a uno de la paleta, o de la educación. No doy tanta importancia al ver en mi televisor el aumento del fracaso escolar, o que la violencia en las aulas se recrudece. Que nuestros pulmones, respiran un aire cada vez mas contaminado, que la patronal sigue siendo cómplice de los asesinatos por falta de medios y ansias de ganar, a costa de lo que sea. Cuando no les importa que lleguemos a fin de mes, es más cuanto peor vivamos mejor para ellos.
Pero para cuando llega el domingo lo olvido todo. Me quito del pan, del tabaco, de los pañales si es necesario. Todo por una entrada. Se acaba el partido mi equipo (con el cual me identifico, por que mio no es. ya que de el no gano ni un duro) ha ganado.
Sin embargo la euforia inicial se ha disipado. me quedo vació, de nuevo sin ilusión la dejo aparcada hasta el próximo partido.
Es lunes por la mañana no puedo desayunar, no tengo ni para un café. Me subo al andamio y un mareo sin arnés precipita mi caída al vació. Por la tarde soy enterrado, no hay honores de estado, no existe capilla ardiente, ni siquiera una columna en el periódico, las lágrimas justas, toda la indiferencia de la ingratitud. A veces pienso que me equivoque como hubiera sido mi muerte si hubiera sido futbolista, político o cantante y la respuesta no se hace esperar muere un trabajador del balón estadios cerrados minutos de silencio despedida multitudinaria programas especiales en todas las cadenas llegados a este punto me pienso que mas tiene que suceder. Reflexionemos para no perder el rumbo en un mundo, donde lo que importa es ser siempre mas, no simplemente ser.
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