en el que al escuchar los versos,
desorientados de mi boca,
me pidas no sin cierto rubor,
que repita una y otra vez,
lo dicho, lo hablado, lo anhelado, lo prohibido, lo rastrero, lo futuro, lo añorado, lo que no te dije, lo que se me clavo en el pecho...
Aquella noche donde todas las nubes, velaron mi tristeza.Aquella noche donde las farolas iluminaban mis pasos, aquella mañana donde me mire al espejo y aunque desaliñado, barba de tres días, ojeras cóncavas y convexas. Me reconocí, me mire, me enamore, jure y decrete por encima de mi ego. Que te amare ahora y siempre. Que te honrare, en todos tus caminos, que besare todas tus sombras, que me amare como solo mi alma, mi espíritu, y mi cuerpo pueden hacerlo. Hacia el corazón es mi meta, es mi camino.
