Vendes mi vida,
por moneda carcomida,
con palabrería en poder de escaño.
Decides mis pasos,
tratándonos como atrasos.
Me explicas tus intenciones,
con palabras inteligibles,
mírame a los ojos
si te atreves,
dime que lo has hecho,
por despecho,
por que es necesario.
Ves el sufrimiento a diario,
te has inmunizado al telediario.
Mírame a los ojos,
miénteme con palabras engatusadas,
por el bien común.